Mitos y Realidades en la vacunación contra la rabia en animales de compañía

Introducción

Según la OMS la forma más eficaz para reducir los casos de rabia anuales en humanos es a través de vacunaciones en perros y gatos, dado que el 90% de los mismos se deben a mordeduras de estos animales, mayoritariamente caninos, infectados con el virus.

La rabia es una grave enfermedad zoonótica que causa encefalitis mortal. La mortalidad humana por rabia se estima en 55.000 muertes por año en todo el mundo, y más del 95% de las muertes humanas por rabia son causadas por perros rabiosos (Belotto y col., 2005). Aunque la vacunación de perros es considerada como una parte importante de los programas de control de la rabia en muchos países en desarrollo, existen algunas controversias en cuanto a la calidad de la respuesta inmune inducida por algunas marcas de vacunas y la duración de la misma en los animales vacunados. En un trabajo realizado en Uruguay, se determinó que apenas un 36% de perros con historia de vacunación reciente, tenían niveles de protección contra el virus de la rabia (Moreno y col., 2012).

Un caso de la vida real… La enfermedad puede estar más cerca de lo que usted se imagina.

Muerte de mujer por rabia prende las alertas en el país
La víctima fue mordida por una gata. Virus ha matado a dos personas en 15 meses.

Una mujer de 25 años murió en el hospital San Ignacio de Bogotá por rabia humana que le transmitió la mordedura de una gata proveniente de la zona del Tequendama, en Cundinamarca.

El caso, confirmado por el Instituto Nacional de Salud (INS), se convierte en el segundo en 15 meses producido por la variedad silvestre del virus de la rabia y prende las alarmas de las autoridades porque el mal en humanos se consideraba controlado. El virus ha matado a 34 personas en los últimos 12 años. La paciente bogotana recibió a principios de diciembre a una gata que le llevó un familiar, quien la recogió en una vereda de la región cinco meses atrás.

El animal presentaba signos de enfermedad, por lo cual fue llevado el mismo día a una veterinaria, donde, a pesar de estar hospitalizado durante dos días, no sospecharon sobre la presencia del virus, y lo dieron de alta con unos medicamentos.

Ya en la casa –de acuerdo con información suministrada por los familiares a las autoridades de salud–, la joven fue mordida en un dedo de la mano derecha. La mujer solamente lavó la herida con un desinfectante. La gata, por su parte, aumentó la agresividad y su deterioro, y fue llevada a otro veterinario, que le aplicó la eutanasia el 10 de diciembre pasado.

Aunque el asunto parecía olvidado, el 10 de enero pasado un mareo, acompañado de dolor en el codo y pérdida de la sensibilidad en el brazo derecho, obligaron a la víctima a consultar a un médico, que le diagnosticó vértigo y la envió para la casa.

Sin embargo, su cuadro se complicó con dificultad para respirar, cambios de comportamiento, sudoración y adormecimiento en los brazos, por lo que consultó de nuevo y le dijeron que presentaba “ansiedad”. El 15 de enero, con incontinencia urinaria, fiebre alta y pupilas dilatadas, fue llevada a urgencias del San Ignacio.

Durante la hospitalización presentó un rápido deterioro neurológico y respiratorio y, luego de múltiples exámenes de laboratorio, además del reporte (un poco tardío) de la familia sobre la mordedura de la gata, se infirió el diagnóstico de encefalitis por rabia y se continuó con el manejo específico de su estado crítico y progresivo.

Fuente: Redacción periódico EL TIEMPO, 02 de febrero 2017, 09:27 a.m.

Consideraciones Generales:

La erradicación de una enfermedad como la rabia resulta virtualmente imposible dado el gran número de reservorios silvestres, ya que para ello sería necesario alterar de forma inconcebible los ecosistemas, eliminando de los mismos a las especies relacionadas con el virus; sin embargo, la vacunación es el medio más eficaz y seguro para lograr que un grupo de animales tenga altos niveles de protección poblacional. La proporción de la población que debe ser vacunada con el fin de obtener “inmunidad de grupo” varía para cada enfermedad, pero se considera que si por ejemplo logramos vacunar entre un 70% y 80% de los perros y gatos de una población durante 5 a 7 años consecutivos, podremos cortar el ciclo de transmisión terrestre de la Rabia, logrando que esos animales no representen un peligro potencial para la población humana con la que comparten el hábitat (Organización WH. Consulta de expertos de la OMS sobre la rabia. TRS 982 ed. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2012).

¿Cuántas dosis se le deben aplicar a un cachorro en su primovacunación y qué es mejor utilizar vacunas monovalentes contra la rabia o multivalentes combinando el virus antirrábico con otros antígenos?

 

Estudio 1

 

Resumen:

Actualmente, hay información limitada sobre los factores que influyen en el resultado de la vacunación contra la rabia en perros según el calendario de inmunización inicial. El objetivo de este estudio fue investigar si las variables seleccionadas (señalización, número de vacunaciones, marca de vacuna y multivalencia, e intervalo de tiempo entre la vacunación más reciente y el muestreo de sangre) estaban asociadas con el logro de un umbral de título aceptable (basado en estándares internacionales) y con títulos de anticuerpos absolutos en perros jóvenes vacunados con vacunas disponibles comercialmente. Se revisaron retrospectivamente los datos serológicos de 662 perros muestreados antes de su primer refuerzo anual para la rabia. Los títulos de anticuerpos neutralizantes se determinaron usando una prueba de neutralización de anticuerpos fluorescentes. Se alcanzó un umbral de título aceptable (≥0.5 IU / ml) en el 86.5% de los perros.

Resultados del estudio:

Los perros que habían sido vacunados dos veces tuvieron títulos de anticuerpos significativamente más altos (P <0.001) en comparación con los perros vacunados una vez. Las probabilidades de lograr la seropositividad y el título medio de anticuerpos absolutos tendieron a disminuir al aumentar el tiempo entre la vacunación y el muestreo de sangre.

Los perros vacunados con vacunas monovalentes tenían más probabilidades de alcanzar un título aceptable que los perros vacunados con vacunas polivalentes. Los perros que fueron vacunados después de 3-6 meses de edad tenían más probabilidades de desarrollar títulos de anticuerpos más altos.

Estos resultados indican que la administración de dos vacunas en lugar de una vacuna en el calendario de inmunización inicial para la rabia, da como resultado una respuesta de vacunación superior y puede ser una práctica más beneficiosa para garantizar la profilaxis previa a la exposición y la certificación de viaje de los perros jóvenes.

Estudio #2

 

Resumen:

Asegurar la adecuación de la respuesta a la vacunación contra la rabia en perros es importante, especialmente en el contexto de los viajes de mascotas. Pocos estudios han examinado los factores asociados con el fracaso de los perros para lograr un título de anticuerpos adecuado después de la vacunación (0,5 UI / ml). Este estudio evaluó los títulos de anticuerpos de la rabia en perros después de la primovacunación. Se incluyeron perros menores de un año cuyo suero se envió a un laboratorio de referencia para diagnósticos de rutina y que no tenían antecedentes documentados de vacunación (n = 8,011). Se calcularon los títulos medios geométricos (GMT) y se realizó un análisis univariado para evaluar los factores asociados con el fracaso para lograr 0.5 IU / mL. Los perros vacunados a las 16 semanas de edad o más tuvieron un GMT significativamente mayor en comparación con los perros vacunados a una edad más temprana (1.64 UI / ml, 1.57–1.72, ANOVA p <0.01). No hubo diferencia estadística en la GMT entre los perros vacunados menores de 12 semanas y los perros vacunados entre la semana 12 -16 (1.22 UI / ml y 1.21 UI / ml). La mayoría de los perros no pudieron alcanzar un título adecuado dentro de los primeros 3 días de la primovacunación; las tasas de fracaso también fueron altas si el intervalo desde la vacunación hasta el control del título fue mayor a 90 días. Más del 90% de los perros que fracasaron en la vacunación primaria, sólo lograron títulos adecuados después de la vacunación de refuerzo. El momento ideal para la extracción de sangre es de 8 a 30 días después de la primovacunación. En el caso de una falla, la mayoría de los perros lograrán una respuesta serológica adecuada con un título repetido (en ausencia de una vacuna de refuerzo). La vacunación de refuerzo después del fracaso inicial proporcionó la mayor probabilidad de un título aceptable 22 UI / ml y 1,21 UI / ml).

Resultados del estudio:

El número de perros menores de 1 año sin antecedentes documentados de vacunación fue de 8.215. Un total de 204 (2,5%) perros fueron retirados del análisis debido a datos faltantes o inconsistentes en el formato del laboratorio, para un tamaño de muestra final del estudio de 8,011 perros. La cantidad de perros que no pasaron la prueba FAVN (<0.5 UI / ml) incluyó 964 muestras (12.0%) y la cantidad de perros que pasaron la prueba FAVN (> 0.5 UI / ml) incluyó 7.047 muestras (88.0%). Una mayor proporción de perros tenía un título mayor que el requerido cuando se vacunaron a una edad mayor de 16 semanas en comparación con los perros vacunados en forma temprana o puntual (89.6% en comparación con 83.4% y 84.5%, respectivamente).

¿Por qué la VGG (grupo de lineamientos de vacunación WSAVA) no recomienda la vacunación contra la rabia sino hasta las 12 semanas de edad?

Algunas vacunas antirrábicas tienen licencia para ser administradas antes de 12 semanas de edad, pero se recomienda que cuando se hace, el animal reciba otra vacuna a las 12 semanas de edad. En el contexto de las campañas masivas
de vacunación contra la rabia, es importante vacunar a la mayor cantidad de perros en el área como sea posible, incluyendo cachorros de menos de 12 semanas de edad.

Estudio #3

Resumen:

Las vacunas monovalentes y polivalentes producidas en cultivos celulares son comúnmente usadas pero pueden variar en su eficacia inmunogénica en perros. En este estudio, se comparó la eficacia inmunogénica de dos vacunas monovalentes (Rabisin y Ravisyva-VP3) y una vacuna polivalente (Hexadog DHP-LR). Dieciséis perros adultos, sanos, no vacunados fueron asignados aleatoriamente a 4 grupos (A – D). Los perros en los grupos A, B y C fueron inoculados con Rabisin (1 dosis S/C), con Hexadog DHP-LR (1 dosis S/C) y con Ravisyva-VP3 (1 dosis S/C) respectivamente, los días 0 y 21. Los perros del grupo D se mantuvieron como controles negativos (no vacunados).

Las muestras de suero se recolectaron los días de la vacunación (0 y 21) y cada 30 días hasta durante 300 días. Los títulos de anticuerpos neutralizantes del virus de la rabia (RVNA) se determinaron mediante pruebas rápidas de inhibición de foco florescente (RRFIT). Se encontró que las vacunas monovalentes generan mayores títulos de RVNA que las vacunas polivalentes. El tipo de vacuna y los intervalos posteriores a la vacunación afectaron significativamente los títulos. El sexo de los perros no afectó la eficacia de la vacuna, excepto que el género tuvo algún efecto sobre los títulos de RNVA generados por perros vacunados con polivalentes.

Conclusiones:

A partir de los hallazgos de este estudio, se concluye que las vacunas monovalentes contra la rabia provocaron títulos de RVNA más altos que las vacunas polivalentes y, sobre esta base, Rabisyva-VP13, Rabisin y Hexadog DHP-LR se clasifican en la 1ª, 2ª 3ª posición, respectivamente. También se deriva que el tipo de vacuna y los intervalos de posinmunización afectan significativamente los títulos de RVNA, mientras que el estado de salud y el sexo de los perros vacunados no tienen un efecto significativo en los títulos de RVNA, excepto en los perros vacunados con Hexadog DHP-LR que presentaron diferencias entre los valores de RVNA promedio entre machos y hembras.

Estudio #4

 

Niveles de inmunidad humoral conferidos con la primera dosis de la vacuna antirrábica en cannos con dueño de la ciudad de Bogotá, Colombia.

ANDRÉS PÁEZ MATINEZ*, JAVIER GÓMEZ MEZA**, PILAR CALVO ROBAYO***, PAOLA GARZÓN CALDERÓN***
*Departamento de Ciencias Básicas, **Facultad de Zootecnia, ***Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad de La

Salle. Bogotá D.C., Colombia.

Revista de Investigación, ISSN 16576772. Vol 7(2): 191-197. Julio – Diciembre 2007.

Resumen:

La rabia transmitida por perros en las zonas urbanas de países en desarrollo ha sido causante de muertes humanas, a pesar de que desde hace más de un siglo existe disponibilidad de vacuna para humanos y macotas como perros y gatos. Los problemas inherentes a la vacunación antirrábica en caninos son de diversa índole y generalmente consisten en dificultades para mantener la vacuna en adecuadas condiciones de refrigeración, fecha de vencimiento, adecuada aplicación y constan-
cia en la aplicación de refuerzos anuales.

El objetivo de este trabajo fue investigar la respuesta inmune humoral y el grado de protección serológica contra la rabia en caninos de 3 a 18 meses de edad que recibieron únicamente la primera dosis de vacuna antirrábica. Se utilizó el método de ELISA para determinar los títulos de anticuerpos antirrábicos neutralizantes en 192 sueros de caninos con dueño en la ciudad de Bogotá D.C. Los sueros fueron captados en clínicas veterinarias y criaderos caninos. La seropositividad encontrada fue de 34,4% y el porcentaje de caninos protegidos fue de 24, 5%. El título de anticuerpos antirrábicos y el porcentaje de caninos protegidos fueron independientes del sexo y la raza. Se discute en el presente artículo acerca de las posibles causas y consecuencias del alto porcentaje de caninos seronegativos y desprotegidos contra la
rabia en la muestra estudio.

Resultados del estudio

El valor más frecuentemente encontrado fue de 0,0 UI/ml correspondiente a los sueros de 126 caninos es decir el 65,6% de la muestra. El restante 34, 34% de la muestra se encontró equitativamente distribuido en concentraciones de entre 0,1 UI/ml a 18,0 UI/ml.

En cuanto al porcentaje de caninos protegidos y no protegidos contra la rabia, 47 sueros correspondientes al 24,5% de la muestra tuvieron una concentración de 0,5 UI/ml o superior estando protegidos contra la rabia. En contraste, 145 sueros tuvieron una concentración menor de 0,5 UI/ml que evidenciaban la no presentación de protección contra la enfermedad. Éste último porcentaje constituye 75,5% del total de sueros de la muestra en estudio.

Tabla de la distribución por tipo de vacuna antirrábica aplicada a los caninos no protegidos contra la infección rábica y de aquellos con títulos de anticuerpos iguales a cero.

¿Se puede administrar la vacuna antirrábica y la DHPPi al mismo tiempo (simultáneamente)?

Sí, pero a menos que las vacunas tengan una indicación específica de uso concurrente en la etiqueta del producto, esto puede ser considerado como un uso “fuera de etiqueta”. Lo ideal sería que las dos vacunas utilizadas simultáneamente de esta manera sean administradas en diferentes sitios anatómicos con el fi n de que los antígenos de la vacuna sean drenados a diferentes ganglios linfáticos a fin de estimular la inmunidad adaptativa en dos lugares distintos.

Resumen:

Según la OMS la forma más efi caz para reducir los casos de rabia anuales en humanos es a través de vacunaciones en perros y gatos, dado que el 90% de los mismos son debido a mordeduras de estos animales, mayoritariamente caninos, infectados con el virus. En países de la región, donde se ha evaluado el nivel de protección de perros vacunados contra el virus de la rabia, se han encontrado variaciones importantes. El objetivo de este trabajo fue evaluar la respuesta inmune humoral contra la rabia en perros con algún tipo de “modulación inmunológica” inducida experimentalmente. Para esto se inmunizaron cinco grupos de perros con vacunas polivalentes (Grupo 1), monovalentes (Grupo 2), inmunizados durante la castración quirúrgica (Grupo 3), que estaban en tratamiento con Triamcinolona acetonido (corticoides) durante la inmunización (Grupo 4) o que fueron vacunados simultáneamente con un inmunoestimulante comercial (Grupo 5). En términos generales los resultados obtenidos indican que en todos los casos, la mayoría de los animales pudieron superar el límite mínimo de anticuerpos para estar protegidos según la OMS (0.5UI/ml). Sin embargo, se encontraron diferencias signifi cativas (p<0.05) en el uso de vacunas mono o polivalentes, el uso de corticoides al momento de la inmunización y en la vacunación durante la castración quirúrgica.

Discusión de los resultados:

Este trabajo tuvo como objetivos principales, abordar algunos aspectos importantes relacionados a la vacunación contra la rabia en la práctica veterinaria. Se evaluó cómo incide la respuesta inmune contra esta enfermedad bajo distintas condiciones de inmunomodulación frente a 3 diferentes vacunas. Desde hace mucho tiempo se sabe que las respuestas inmunes en los animales pueden variar si se utilizan vacunas polivalentes con cepas de virus vivos atenuados (Strasser y col., 2003), sí la administración de las mismas se hace concomitantemente con drogas inmunosupresoras (ej. corticoides) (Nara y col., 1979), inmunoestimulantes (Gallego-Olivella y col., 1997; Erazo y col., 2001) o si se aplican durante una cirugía con el consecuente estrés inmunológico que causan los procedimientos quirúrgicos (Angele y Faist, 2002; Reese y col., 2008). Al comparar la respuesta a la inmunización de perros con vacuna monovalente Vs. la vacuna polivalente, se pudo observar que al día 30, 60 y 120, 100% de los animales del grupo 2 (vacuna monovalente) estuvieron protegidos. Sin embargo, en el grupo 1 (vacuna polivalente) la protección fue de 100%, 85% y 42% respectivamente. A pesar de que el porcentaje de protección fue el mismo 30 días luego de la inmunización, los títulos de anticuerpos del grupo inmunizado con la vacuna monovalente fueron signifi cativamente superiores (p<0,05). Las diferencias encontradas en los títulos de anticuerpos entre ambos grupos (monovalente Vs. polivalente), sobre todo en los días 30 y 60, podrían deberse a varias causas, siendo una de ellas la inmunosupresión que causan algunos virus incluidos en la vacuna polivalente como Distemper y Parvovirus canino. Se ha observado que estos virus, modulan la respuesta inmune del hospedador, pudiendo interferir en la eficacia de las vacunas y la protección inmunológica obtenida (Strasser y col., 2003).

Por otro lado, no pudimos determinar sí las diferencias encontradas se deben a un problema en la vacuna (vacuna B) independientemente de la administración conjunta con la polivalente (vacuna C). En un futuro, se deberían realizar otros ensayos, donde se aplicara únicamente el componente rabia de la vacuna B, para comparar con los niveles obtenidos en este trabajo y evaluar si la administración de ambas vacunas genera un efecto negativo en la respuesta contra la rabia. Al margen de esto, y desde el punto de vista práctico, la aplicación de ambas vacunas (rabia y polivalente) al mismo tiempo, es utilizada a menudo en varios países, donde generalmente en la última dosis del plan de vacunación inicial se incluye la vacuna de rabia al igual que en las revacunaciones anuales. Con los resultados del presente trabajo, se deja de manifiesto la posible interferencia que pudieraexistir en la respuesta inmune contra la rabia, en planes de vacunación en los que el antígeno de la rabia se combina en una sola dosis con otros antígenos en vacunas polivalentes. Más ensayos son necesarios con un número mayor de animales, para corroborar estos resultados. En Uruguay al igual que en varios países, se recomienda la revacunación anual de caninos contra el virus de la rabia. En este trabajo se siguieron los animales hasta los cuatro meses. En ese momento, menos de la mitad de los animales del grupo 1 (polivalente) y la totalidad de los animales del grupo 2 (monovalente), estaban protegidos. La duración y la permanencia de los niveles protectores luego de los cuatro meses (período que duró el experimento), deben ser evaluados y no pueden ser extrapolados a partir de los resultados obtenidos en este trabajo.

Por otro lado, el efecto de los corticoides sobre las funciones del sistema inmune, ha sido investigado en numerosos experimentos (Nara y col., 1979; Schwiebert y col., 1996). En este trabajo se analizó la utilización de dosis altas de triamcinolona acetonido a razón de 0.22mg/kg aplicado 7
días antes de cada inmunización. Este tipo de terapia se utiliza en medicina canina en los casos de cuadros alérgicos importantes, donde se desea suprimir las funciones del sistema inmune para disminuir la sintomatología clínica. Por lo tanto, la vacunación de los animales que están
siendo tratados con estos medicamentos, no está indicado. Sin embargo, algunos autores han demostrado que animales en tratamiento con altas dosis de Prednisolona son capaces de protegerse frente al desafío con Distemper canino, demostrando que no siempre los tratamientos con corticosteroides impiden una respuesta satisfactoria a la vacunación (Nara y col., 1979). En el presente trabajo, todos los animales superaron el nivel mínimo de protección al día 30 y 60 post vacunación, aunque las diferencias encontradas en la media del título de anticuerpos entre este grupo (tratado con triamcinolona) y el grupo no tratado, fueron significativamente diferentes (p<0,05). Desde el punto de vista de la protección contra la rabia, el efecto de los corticoides se observó más claramente en el día 120, cuando ya ningún animal tenía títulos mayores a 0.5UI/ ml. Estos resultados sugieren que sí deseamos vacunar contra la rabia animales que estén siendo tratados con triamcinolona, se debería hacer una tercera revacunación antes del día 120.

El uso de inmunoestimulantes con el fin de mejorar la respuesta a la vacunación, no es una práctica habitual en medicina veterinaria. La activación de importantes componentes del sistema inmune luego de la inyección de lipopolisacaridos (LPS) de E. coli + Propionibacterium granulosum (inmunoestimulante utilizado en este trabajo), ha sido observado anteriormente tanto a nivel de células T y B, como de citoquinas e inmunoglobulinas (Markowska-Daniel y col., 1993; Gallego-Olivella y col., 1997; Erazo y col., 2001). Con estos antecedentes, es de esperar que el uso de inmunoestimulantes pueda mejorar significativamente la respuesta inmune contra la rabia. En este trabajo si bien a los días 30 y 60 se observaron mayores títulos de anticuerpos en los animales inmunoestimulados con una única dosis al momento de la primovacunación, estas diferencias no fueron significativas, lo que pone en duda el real beneficio de este tratamiento para mejorar los títulos protectores contra la rabia en animales clínicamente sanos. Quizás la importancia de la inmunoestimulación puede ser en el caso de vacunas con baja inmunogenicidad o de animales inmunodeprimidos o inmunocomprometidos. En este caso la vacuna monovalente generó una respuesta muy buena en términos de títulos de anticuerpos antirábicos, siendo quizás poco probable que esa respuesta aumentara significativamente por el uso de inmunoestimulantes. Se deberían profundizar estos resultados, con la aplicación de inmunoestimulantes utilizando vacunas polivalentes, donde se observa una respuesta inmune significativamente menor,

causada quizás por la presencia de virus inmunosupresores como se mencionó anteriormente. En el día 120, si bien los animales que habían recibido el inmunoestimulante tenían una media mayor de anticuerpos (7,88±3,90 UI/ml) que el grupo control (3,88±0,99 UI/ml), esta diferencia
no fue significativa (p>0.05). Quizás la ventaja del grupo inmunoestimulado, pueda estar en una protección más duradera en el tiempo, lo que no fue evaluado en este trabajo. En cuanto a la vacunación contra la rabia durante la cirugía, al día 30 post vacunación, 6 de 7 animales
(85%) superaron el nivel de anticuerpos mínimo necesario para estar protegido (0,5UI/ml), con una media de 0,83±0,17 UI/ml. Sin embargo, si se compara este valor con la media del título de anticuerpos de los animales que no habían sido sometidos al estrés quirúrgico pero sí fueron vacunados con la misma vacuna (1,74±0,17 UI/ml), este valor es significativamente más bajo (p<0,05). Estos resultados demuestran que, aunque en la literatura está demostrado que existe un compromiso inmunológico causado por el acto quirúrgico (Ayala y col., 1994; Angele y Faist, 2002), la gran mayoría de los animales pueden responder inmunológicamente contra la rabia al ser vacunado durante la cirugía. Sin embargo
y para obtener una protección a largo plazo en este caso, se debería realizar una segunda dosis de vacunación, ya que el título protector descendió drásticamente al día 60 post inmunización. Si bien Miyamoto y col (1994), habían demostrado la eficacia de la vacunación en perros sometidos a cirugías, ellos evaluaron la respuesta contra Parvovirus y Distemper canino, y la vacunación se había realizado dentro de los 10 días previos hasta el tercer día posterior a la cirugía. Por otro lado, Reese y col. (2008) evaluaron la respuesta inmune a la vacunación contra distintos patógenos incluyendo la rabia, antes, durante y luego de la cirugía, pero su experimento se realizó en gatos, por lo que la respuesta podría no ser extrapolable a la especie canina. La importancia central de los resultados obtenidos sobre vacunación contra rabia durante cirugías, radica en la posibilidad de utilizar el acto quirúrgico para realizar una primera dosis de vacunación contra la rabia en perros durante campañas de castración masiva. Teniendo en cuenta que para lograr una protección a largo plazo, se debería revacunar probablemente al menos una vez más a estos animales según los resultados obtenidos. Con esta estrategia, se podría lograr en un futuro aumentar la cobertura vacunal de la población canina contra esta enfermedad, disminuyendo el riesgo de contagio para la salud pública a partir de perros infectados.

Tipos de vacunas disponibles contra la rabia:

Vacunas de virus vivo modificado (MLV): Además de su uso en perros y gatos, éstas han sido ampliamente utilizadas para la inmunización
oral de animales silvestres (por ejemplo, los zorros en Canadá y Europa, mapaches en Finlandia). Todos son derivados seguros la cepa SAD del virus (siglas de Street Alabama Dufferin).

Vacunas antirrábicas recombinantes vectorizadas:

Los virus vacunales recombinantes son particularmente seguros, ya que contienen sólo el gen de la glicoproteína G del virus de la rabia que es relevante para la protección. En América del Norte se utilizan rutinariamente vectores de poxvirus (vaccinia y canarypox) y adenovirus que expresan la glicoproteína del virus de la rabia para el control de la rabia en la fauna silvestre (vaccinia y vectores adenovirus) por vía oral, y en gatos (vector de canarypox) por la ruta parenteral. Estas vacunas son avirulentas en todas las especies de aves y mamíferos evaluadas.

Vacunas inactivadas (Muertas):
El uso de vacunas inactivadas es la regla para los programas de vacunación individual de perros y gatos y para los programas de vacunación masiva de perros. Las vacunas inactivadas son más fáciles de manejar que las vacunas vivas debido a su estabilidad a temperatura ambiente, y los accidentes de auto-inoculación no representan un riesgo, como sería el caso con las vacunas de virus vivo modificado (MLV).

Mecanismos y duración de la inmunidad (DOI)

(Guías de vacunación WSVA, 2016)

• La rabia canina y felina se controla principalmente por el uso de vacunas inactivadas. Sin embargo, en los EEUU y Europa está autorizada y es ampliamente utilizada en gatos una vacuna de  rabia recombinante con vector de canarypox debido a que la misma no se asocia con inflamación en el sitio de inyección causada por las vacunas de rabia con adyuvante (Day et al. 2007). Todas las vacunaciones iniciales contra la rabia se deben seguir por la revacunación 1 año más tarde.

Sólo después de esa segunda vacunación se puede extender legalmente el intervalo entre revacunaciones a 3 años con un producto que esté registrado con una DOI de 3 años en la etiqueta.

La DOI después de la infección natural no se puede evaluar porque la enfermedad tras la infección por el virus de la calle es fatal en el perro y el gato.
• La DOI después de la vacunación con productos inactivados y recombinantes disponibles en el mercado es de 3 años, con base en estudios de desafío y serológicos (Santiago et al. 2012).

• La primera vacunación se da no antes de las 12 semanas de edad con una revacunación 1 año después; los títulos de anticuerpos generalmente alcanzan niveles protectores 4 semanas después de la vacunación. Cuando se requiere una prueba serológica para fines legales el intervalo entre la vacunación y la prueba es crucial y puede ser producto-dependiente. Se debería consultar la ficha técnica del producto y los requisitos legales.

• Algunas vacunas han demostrado proteger contra la exposición al virus de la rabia virulenta durante 3 años, pero la legislación nacional o local pueden solicitar refuerzos anuales. El VGG anima a todos los legisladores a considerar los avances científicos en la formulación de políticas. Algunas vacunas (por ejemplo, productos de producción nacional) pueden no proteger de forma fiable durante más de 1 año.

• La presencia de anticuerpos séricos de ≥ 0.5 UI/ ml en un perro inmunizado activamente de más de 16 semanas de edad se correlaciona con protección. Alcanzar esta concentración (≥ 0.5 UI / ml) también se considera un requisito legal para el transporte de mascotas a algunos países, lo que requiere la evaluación serológica después de la vacunación en su protocolo para el movimiento de mascotas.

Adyuvantes y Vacunación

Existen vacunas inactivadas con adyuvante y sin adyuvante; siendo estas últimas unas vacunas mucho más seguras en términos de generar menos posibilidades de reacciones alérgicas u otro tipo de eventos adversos tales como los temidos sarcomas felinos. Adicionalmente las vacunas sin adyuvante son indoloras ya que dichos adyuvantes como el hidróxido de aluminio (el más usado) causan irritación en el sitio de aplicación y por consiguiente dolor.

A diferencia de los productos químicos o farmacéuticos que dependen de la dosis, las vacunas no se basan en volumen por masa corporal, sino que se refieren a la mínima dosis necesaria para inmunizar (dosis inmunizante).

Los antígenos son la dosis inmunizante que es la misma para cualquier perro, sea Pinscher miniatura o Gran Danés.

La presencia de adyuvante (químico) impacta en mayor medida en gatos y/o en perros de raza pequeña; por lo tanto, los perros de raza pequeña tienen mayores posibilidades de manifestar reacciones alérgicas.

Correo electrónico: leonardo.amin@proconvet.com